lunes, 13 de septiembre de 2010

El pueblo Maijuna vive

Por José Álvarez Alonso*

El pueblo Maijuna, antiguamente conocido como “Orejón”, por su costumbre de dilatar el lóbulo de las orejas con discos de topa, es uno de los 26 pueblos indígenas existentes en la Región Loreto, y uno de los más reducidos, actualmente en peligro real de desaparición: sólo cuenta con 480 habitantes distribuidos en cuatro comunidades, localizadas entre las quebradas Sucusari y Yanayacu, afluentes del Napo, y el río Algodón, afluente del Putumayo.
Los Maijuna están entre los pueblos más amables, acogedores, alegres, hospitalarios, y menos conflictivos que he conocido en mi vida. Según me han informado, al contrario de otros pueblos indígenas, que ‘curan’ a sus jóvenes para que sean aguerridos y sepan enfrentar a sus enemigos, entre los Maijuna -de modo similar a lo que hacen sus primos los Secoya- los ‘curan’ para que no tengan cólera, para estar siempre a bien con todos, vecinos y extraños. ¡Y bien que se nota! La gente que ha tenido trato con los Maijuna siempre queda con tan buen recuerdo que quieren volver a visitarlos y a trabajar con ellos.
Desde hace algunos años los Maijunas están luchando denodadamente por organizarse, defender sus territorios tradicionales de los saqueadores, y revalorar su cultura y costumbres tradicionales; varias organizaciones están apoyándolos en esta noble tarea.
La fiebre del caucho y las epidemias traídas por los europeos no pudieron acabar con este pueblo, pero nuevas amenazas se ciernen ahora sobre los Maijuna: de concretarse un descabellado proyecto de nuevo trazo de la carretera Napo – Putumayo, que cruza casi por el medio sus territorio tradicional de los Maijuna, estarían en peligro sus bosques, sus quebradas y los recursos que contienen, que son la base de su economía. Ya sabemos qué hay detrás de las carreteras en la selva: tráfico de tierra y madera, y extracción descontrolada de otros recursos; si a esto sumamos el ingreso de colonos informales y comerciantes con sus costumbres y plagas sociales, sin duda alguna podemos predecir el fin de la cultura y la sociedad Maijuna, como ha ocurrido antes con tantos pueblos amazónicos.
Los Maijuna ya han expresado su oposición a este trazo, que pareciera estar inspirado o promovido por traficantes de tierra y madera, o por los narcos, ya que además de promover el saqueo de los recursos naturales y la ocupación desordenada de las tierras a ambos lados de la carretera (eso sabemos que es inevitable hoy por hoy en el Perú), traerá el problema del narcotráfico y la violencia de los grupos armados del Putumayo hasta el Napo. Los Maijuna no quieren ver convertida la tierra de sus antepasados en una tierra de nadie, como ocurrió por años con la Marginal de la Selva en San Martín.
Felizmente, existen alternativas a este trazo, incluyendo la propuesta del GOREL de una vía férrea, que podría seguir el trazo antiguo, mucho más corto y, por tanto, barato que el descabellado, genocida y sospechosamente caro nuevo proyecto (que costaría a Loreto más del doble del antiguo trazo, ya abierto hace más de 20 años). El ferrocarril permitiría controlar mucho mejor que una carretera el acceso de invasores, extractores ilegales y narcos, y el flujo de bienes y de personas desde el Putumayo.
En agosto los Maijuna organizaron su congreso anual, que hace ya el número V. Este congreso tiene por finalidad reunir a las cuatro comunidades nativas Maijuna (Puerto Huamán, Nueva Vida, Orejones y San Pablo de Totolla), las que están organizadas en la Federación de Comunidades Nativas Maijuna (FECONAMAI). Delegados de las cuatro comunidades se reunieron en la comunidad nativa Puerto Huamán, en quebrada Yanayacu – Río Napo, para lo cual contaron con apoyo de varias organizaciones, como PROCREL, Consorcio NCI – IIAP, Field Museum de Chicago, CAAAP, CABECERAS, CECAMA, RCF, Explorama Tours, IBC, y el Asesor técnico de la FECONAMAI, M. Gilmore (Universidad de Mason).
Una serie de acuerdos y fueron firmados entre las comunidades Maijuna y las diferentes instituciones presentes; destacamos algunos: recuperación del idioma Maijuna, incluyendo la recopilación y registro de palabras; realización de un estudio de las palmeras de aguaje, y otro del árbol del copal; proyecto de apicultura (cría de abejas); capacitación a dirigentes en temas de control y vigilancia comunal, y equipamiento a los centros de vigilancia; y capacitaciones en derechos humanos.
Actualmente, el Consorcio NCI – IIAP en apoyo al Programa de Conservación de Gestión y Uso de la Diversidad Biológica en la Región Loreto – PROCREL, está promoviendo la Iniciativa de creación de un Área de Conservación Regional Maijuna, con la finalidad conservar “productivamente” y aprovechar sosteniblemente los recursos naturales, además de proteger lugares de importancia cultural para los Maijunas. Uno de los temas principales tratados en el congreso fue el problema del ‘trazo largo’ de la carretera, y el apoyo a la Declaratoria de Interés Público Regional para la Conservación de la Diversidad Biológica y los Valores culturales del Pueblo Maijuna.
En Loreto ya se han extinguido numerosos pueblos indígenas desde la época de la Colonia; sólo en la segunda mitad del siglo XX se extinguieron 11 pueblos en la Amazonía peruana. Varios más, junto con los Maijuna, están por desaparecer: del pueblo Taushiro queda un solo superviviente en el Alto Tigre, y del Resígaro, en el Napo, tres ancianos. Los Maijuna luchan por sobrevivir como pueblo, y Loreto debe apoyarlos.

*José Álvarez Alonso, es Master en Ciencias, Biólogo de profesión, e Investigador del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana – IIAP, Colaborador de IPRODESA.

Fuente: SERVINDI

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