Por Cynthia Cárdenas Palacios.
Frente a la crisis ecológica que viene atravesando la humanidad producto de la organización de la vida social bajo el sistema capitalista y la economía consumista y depredadora, trayendo como consecuencia el deterioro del planeta, los países del Norte conciben a la Amazonía, como un potencial para frenar los impactos del cambio climático, partiendo del supuesto “mantenimiento de los bosques tropicales”, a través de un programa que aseguraría la compra de bonos de carbono, a cambio de que los países que poseen bosques vírgenes los conserven. Esta propuesta pretende mostrar una cara más amigable y ecológica de las empresas transnacionales, quienes se encuentran en la obligación moral de reducir las emisiones de CO2 en un 60% a 80%, si quieren verdaderamente frenar el calentamiento global. Hasta el momento las reuniones celebradas en nombre del Cambio climático, han sido orientadas bajo los intereses de los países dominantes, no llegando a un acuerdo claro sobre; cuánto va a reducir cada país, cual es la meta y en que período se hará, actualmente venimos aceptando una temperatura mayor en 2° C, lo que significaría el incremento del calentamiento para algunos países, la desaparición de glaciares para otros, hambruna y extinción de especies vegetales y animales.
La compra de bonos de carbono se presenta para el capitalismo como una salida más barata, en su compromiso por reducir la emisión de gases contaminantes, convirtiéndose los países pobres en los subsidiarios de los países ricos, permitiéndoles seguir contaminado a cambio de pagos, entrando en una suerte de mercantilización de los bosques y la privatización futura de servicios ambientales.
Frente a esta propuesta, los pueblos indígenas vienen desarrollando planteamientos que contengan mecanismos para la reducción de la deforestación y degradación de los bosques, y lograr una gestión sostenible de los mismos, no solamente estimando a los bosques en términos de captura de CO2, sino en cuanto ciertamente se necesita para conservar el bosque, y evitar que la humanidad desaparezca.
Las Propuestas de una REDD indígena implicarían:
1. Atención inmediata del reconocimiento y titulación del territorio ancestral indígena por parte del Estado, completando la titulación de comunidades que ocupan áreas solo como posesionarias, y ampliación de los títulos comunales que por el crecimiento poblacional se pone en riesgo su sobrevivencia.
2. Pleno control de los bosques por los pueblos indígenas, promoviendo un manejo integral, no sólo como medios para absorber CO2, sino también considerando las posibilidades de recursos para los pueblos indígenas y la humanidad, Respetando la regeneración y continuación de los ciclos naturales, estructuras y procesos vitales de la tierra, no amenazando la integridad del territorio.
3. Incorporar la plena vigencia del Convenio 169 de la OIT y la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas, garantizando su cumplimiento y respeto, mediante precauciones efectivas sobre el cumplimiento de los derechos de los pueblos indígenas, incorporándolos no sólo en los procesos, sino articulando las propuestas elaboradas por ellos.
4. Énfasis en la reducción de los gases de efecto invernadero y no sólo en el mercado de carbono, los países desarrollados deben descolonizar la atmosfera, ha sido ocupada por sus emisiones de gases de efecto invernadero.
5. Equidad y no colonialidad en la distribución de los beneficios, no a las desigualdades que sólo beneficiarían a las empresas, para ello debe haber una relación directa entre los pueblos indígenas y empresas contaminantes, evitando entrar al mercado de los bonos de carbono, que serían capturados por los especuladores de valores de estos bonos.
6. Capacitación de la población indígena en torno a temas de carbono y sobre los problemas de la contaminación.
7. Para hablar de crecimiento del PBN, se debe tomar en cuenta la destrucción y derroche de los recursos naturales, adoptándose indicadores que permitan considerar de manera combinada, el índice de desarrollo humano y la huella ecológica para medir nuestra situación ambiental.
Los planteamientos propuestos por los pueblos indígenas no pretenden retomar las formas tradicionales indígenas, sino por el contrario proponer un nuevo sistema, más equilibrado entre la naturaleza y el ser humano, basado en los principios de complementariedad, solidaridad, equidad y respeto no sólo de los derechos humanos, sino también de los derechos de la madre tierra, si queremos salvar al planeta y por ende evitar la destrucción de la especie humana.
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