Por Roger Rumrrill.
En múltiples eventos realizados en las últimas semanas en Lima y en el resto del país los pueblos indígenas andino-amazónicos han expresado su rechazo abierto y contundente a un hipotético y nunca deseable gobierno fujimontesinista como una amenaza incluso a su supervivencia
Para los pueblos indígenas andino-amazónicos y sus organizaciones no existen dudas de que un nuevo régimen fujimontesinista terminaría por sepultar la “Ley del derecho a la consulta previa a los pueblos indígenas u originarios reconocidos en el Convenio 169 de la OIT” secuestrada por el gobierno alanista en ejecución de la política del “perro del hortelano”, es decir, la neolatifundización y transnacionalización de la Amazonía al gran capital nacional e internacional.
Como el régimen de Alan García Pérez en lo económico y político es un neoFujimorismo corregido y aumentado, el fujimontesinismo proseguiría con la política de entrega a saco partido de la Amazonía y del resto del país sin la previa consulta previa e informada, de acuerdo al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ratificado por el estado peruano mediante resolución legislativa 26253.
Entre las 8 observaciones formuladas por Alan García Pérez a la Ley de Consulta aprobada por el Congreso de la República el 19 de mayo del año 2010 está la negación de que las Comunidades costeñas y andinas son pueblos originarios. Aseveración sin sustento histórico y cultural que tiene el explícito propósito de excluir a más de 10 millones de peruanos del derecho de consulta. Queda entendido que el fujimontesinismo coincide plenamente con esta falacia formulada por su sosía aprista.
Otra de las amenazas del fujimontesinismo corrupto y asesino para los pueblos indígenas andino-amazónicos es la presencia de Hernando de Soto como ideólogo y operador de “Fuerza 2011”. De Soto, como todo el mundo sabe, sostiene que la única vía para que los pueblos indígenas alcancen el paraíso de la “modernidad” y el “desarrollo” es que las Comunidades renuncien a la titulación comunal de sus tierras y territorios y opten por la titulación individual.
Tanto AIDESEP, CONAP, CNA, CCP y CONACAMI, entre otras organizaciones, han respondido a De Soto que la titulación individual de las Comunidades está en contra de todo: de las costumbres, de la racionalidad del uso de los recursos naturales, de las prácticas sostenibles, de la modernidad entendida como el manejo sostenible de la riqueza natural y del desarrollo humano en el sentido de inclusión y distribución equitativa de la riqueza.
Hay que imaginar no sólo un previsible escenario de enorme conflictividad, sino también un país lastrado por una mayor injusticia, racismo y violencia contra los pueblos indígenas andino-amazónicos en un eventual gobierno fujimontesinista.
Para la cosmovisión indígena, el futuro no está adelante, sino atrás, en el pasado. Porque en el pasado está la memoria que permite construir el futuro. Volvamos la memoria a la terrible década fujimontesinista para no repetirla nunca más.
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